Tu propuesta de valor es el corazón de tu proyecto

Cuando decides emprender lo primero que debes hacer es diseñar una propuesta de valor que te permita tener autoridad para fijar los precios de tu producto, sin el fantasma de pensar que debes vender barato para penetrar un mercado.

Es común encontrarnos con emprendimientos, que no terminan de despegar porque subestiman su esfuerzo y trabajan con base en una fijación de precios que desvaloriza su trabajo y ni siquiera les permite cobrar lo justo para garantizar reposiciones de inventario, menos tener un crecimiento escalable que cualquier negocio desea y debe tener para ser sostenible.

La propuesta de valor se fundamenta en la promesa que le garantizas a un cliente sobre los beneficios de comprarte a ti y no a otro, está claro que existe la competencia, y tú debes saber exactamente que posición tienes en el juego, basándote en las ventajas competitivas que ofreces a tu clientela.

No se trata solo de elaborar una descripción detallada de tu producto, eso es sencillo, es saber vender y resaltar las bondades que tú producto tiene sobre otros similares.

Enseñándote con mi experiencia

Por ejemplo, una vez más ejemplificaré con un negocio de pastelería porque lo tuve y sé de lo que hablo, en ese momento habían una veintena de marcas similares sólo en mi área de influencia y logré destacar, aquí te cuento cómo lo hice.

Mi propuesta de valor la basé en la calidad de mi producto, en el tiempo de respuesta para tomar el pedido y en el de entrega, en el servicio de delivery hasta la puerta de la casa y cómo valor agregado en la energía personalizada de mi servicio al cliente.

Ahora bien, cuando  tú crees tu propuesta de valor debes ahondar en los problemas de tu cliente potencial para que con tu producto puedas brindarle solución, esa es la clave.

Por ejemplo en tiempos de pandemia muchos emprendimientos gastronómicoas triunfaron porque solucionaban un problema:

1. -Complacían antojos, cubriendo el sector de los restaurantes que estaban cerrados.
2. -Hacían delivery y las personas quedaban complacidas sin tener que salir de casa.

Los que triunfamos, supimos aprovechar las oportunidades, porque solucionamos un problema que los restaurantes cerrados no podían, una vez que ya me conocían y los restaurantes abrieron, me seguían pidiendo pizza por delivery a mi.

Especificamente, la base de mi propuesta de valor fue cubrir antojos dulces y salados sin que la gente se moviera de casa, usé el mensaje ¿Estás antojado y no quieres arriesgar tu salud y la de tu familia? no te preocupes, tu lo pides nosotros te lo llevamos.

Pasos para diseñar una estrategia que te diferencie del resto

1. Describe tu producto y detalla para que sirve: Hazlo con creatividad, eres quien más conoce el producto que ofreces, así que haz que destaque y explica con detalles como funciona, si es comida usa imágenes atractivas, muestra lo irresistible que es.
2. Ofrece resultados específicos, resalta sus beneficios: No importa cual sea tu producto, tiene que servir para resolver un problema y tienes que enfocarte en eso, porqué deben elegirte a tí  y no a tu competencia.
3. Enfoca tu estrategia en un elemento diferenciador: Aunque hayan muchos haciendo lo mismo que tú debes trabajar en crear algo que te diferencie, cada quien coloca su sello personal su identidad en lo que hace, así piensa en que puedes destacar.
4. Genera conexión con tu cliente: El engagement es lo que va a mantener esa relación con tu clientela, incluso lo va a llevar a recomendarte con otros clientes potenciales, el boca a boca es la mejor publicidad.

Valórate y te valorarán

Como puedes ver, aprender a construir tu propuesta de valor es lo que fortalece tu marca, cuando lo haces te «generas» la confianza suficiente para saber porque vale la pena comprarte un producto al precio que decidas fijar.

Cuando eres capaz de valorar tu esfuerzo en toda su dimensión,  puedes ofrecer sin miedo y posicionarte en el mercado como un referente de tu sector, por tu calidad.

No te desvalorices, ni le hagas descuento a tu trabajo para vender.

Que te elijan por bueno y no por barato.

Siempre pensé que aquellos a quienes le parecían altas mis tarifas de pastelería era porque no podía pagar mis servicios, no porqué estuviese cobrando de más por mi trabajo.

Los que valoran tu trabajo no piden rebajas, y quien sabe y entiende lo que su trabajo y producto «vale» no acepta que se las propongan.

Es tu decisión.

Déjame un comentario con tu experiencia personal.

Perfil del Autor: Naiby Johana Perdomo

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